Sencillamente porque no dan problemas. Usted levanta un teléfono y ahí lo tiene. Los servicios freelance, los autónomos como los llamamos habitualmente, carecen de éticas laborales innecesarias.
No se ajustan a parámetros o normas establecidas. Simplemente hacen el trabajo encomendado, cuando sea y donde sea. Personalmente creo que un Freelance carece de ideologías y opiniones que no conduzcan a nada. Son prácticos, directos, pulcros en sus métodos de trabajo, no obedecen a sindicatos ni siguen estatutos establecidos. Sencillamente, un Freelance no se anda con rodeos y no dan problemas.
¿Cuánto Cuesta Un Freelance?
No son baratos, eso seguro, los hay de todos tipos, y cada uno se basa en su capital empresarial, la oferta y la demanda, la amortización, inversiones, la experiencia obtenida y la formación. Además hay que tener en cuenta que los atuónomos están sometidos a unas cargas fiscales de por si muy altas, esto hace que los productos ofrecidos aunque de buena calidad, contengan un precio de salida algo elevado.
“Estamos ahogados intentando sacar nuestros negocios adelante. Seis subidas de impuestos y cuotas en los últimos 5 años sin ni siquiera conseguir unas condiciones dignas de jubilación, desempleo o enfermedad“. Así lo indicó la propia asociación AUPA en febrero de este mismo año.
Aunque parezca inverosímil, encontrar un autónomo no es tan sencillo. Trabajan bajo una estricta agenda. Si usted lo llama de un día para otro, podría encontrarse con que no encuentra lo que busca, puesto que los autónomos beneficiarios de la tarifa plana han aumentado tras tres años de caídas. Sin embargo, al contrario de lo que se pueda pensar, los Freelance tienen una especial capaciadad de maniobra, son rápidos y reaccionan habilmente para buscarse la vida de una manera realmente envidiable.
Con todo eso, será el propio cliente el que decida si quiere un producto fiable, claro, rápido y seguro. Y eso amigo mío, hay que pagarlo. Comparar barato ya sabemos que trae problemas varios. Pero una cosa es segura, su tranquilidad no tiene precio. Porque a la larga usted ahorra. Ahorra vida, ahorra disgustos, y ahorra dinero, que es de lo que al final se trata.